El pasado 17 de mayo fue el día internacional contra la LGTBIQA+fobia y desarrollamos una pequeña formación en diversidad en la Facultad de Psicología. Esta fecha fue elegida en conmemoración de la eliminación de la homosexualidad como trastorno mental en la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1990 (que apenas han pasado 30 años, ojo). Y qué bien que en un día así se organice una actividad desde la propia Facultad de Psicología de la Universidad de Granada.
En la charla sobre todo me quise centrar en, ¿es necesaria la formación en materia LGTBIQA+? ¿Es necesario seguir erradicando violencias? La respuesta rápida: sí, completamente. La respuesta algo más extensa va de la mano de algunos datos.
Si nos vamos a las infancias/adolescencias, según los datos recogidos en la guía Somos Diversidad, 3 de cada 4 personas entre 15 y 29 años han presenciado violencias en sus centros educativos con carácter LGTBIQA+fóbico. De hecho, el 80% de las personas al llegar a la ESO ya han escuchado utilizar las diferentes orientaciones sexuales e identidades de género como insulto. Y esto va de la mano de que hasta el 80% del alumnado oculta su orientación sexual por miedo a las consecuencias cuando no es heterosexual.
Y si bien a veces en nuestro imaginario las agresiones se producen por parte de personas desconocidas en calle, realidad según datos de la FELGTB este tipo de agresiones son solo el 37%. Se dan un 20% en el entorno del hogar, un 13% en oficinas y servicios públicos y privados, 15% en internet, 5% en la escuela…
Además el 60% de les menores LGTBIQA+ considera que el profesorado no actúa lo suficiente. Y entre el 60 y 70% teme que sus familias no apoyarían por lo que transitan estas violencias en silencio. Y ojo, que a veces percibir que tus padres no apoyarían no es solo porque puedan haber violencias LGTBIQA+fóbicas (que también), sino que también se basa en que en casa jamás se haga un comentario sobre diversidad LGTBIQA+ ni se nombre. Mantener en lo invisible puede ser, sin mala intención de base, una forma de sostener violencias.
Y ojito! Que si estamos dando visibilidad a que el suicidio es la primera causa de muerte no natural en personas jóvenes, resulta que entre menores LGTBIQA+ la ideación y conducta suicida es entre 3 y 5 veces mayor que en la población general, y es que SÓLO el 5% de les menores LGTBIQA+ no se ha planteado nunca el suicidio. ¿Estoy diciendo que estamos sosteniendo un sistema de desprotección de las infancias LGTBIQA+? Pues sí, y los datos hablan por sí solos.
Sumado a que las agresiones están infra-denunciadas. Según los informes de delitos de odio en el estado español, estos delitos de odio (es decir, actos violentos en base a cuestiones relacionadas con la identidad o la orientación de la persona) son los más numerosos y de hecho son los que más aumentan año tras año, de forma que en 2021 aumentaron un 9,6% respecto al año 2019 (con 2020 no comparamos porque los datos no son representativos). Y estos datos hay que cogerlos con pinzas, ya que rescatando el informe de la FELGTB, apenas un 15% de las agresiones por las que se solicita asesoramiento a las asociaciones llega a denuncia policial – y esto implica que son agresiones no contabilizadas en los informes oficiales, invisibilidad who?
Por otro lado, lo que nos muestran estudios como este nos indican que, centrándonos en menores trans*, cuando se apoyan las transiciones de les menores brindando espacios para poder hablar y reflexionar de forma segura, escuchando sus necesidades y permitiéndoles explorar, adaptando contextos educativos… Los índices de salud en todas las áreas no solo igualan sino que superan a los de la población general.
En base a todo esto, sigue siendo necesario – e incluso diría obligatorio para llevar a cabo una buena praxis profesional – formación en diversidad afectivo sexual y de género, no sólo desde «charlitas» de 1h al alumnado (que también, y más horas por favor), sino en general a la comunidad de profesionales de la educación, de la salud, y de todos los ámbitos que impliquen el trabajo con personas.
E incido en la formación a profesionales porque las nuevas generaciones vienen con muchos deberes ya hechos, y esto lo comprobamos cada vez que vamos a un aula. Además si quienes ostentan los cargos de poder no son quienes se implican en deconstruirse, seguimos peleando contra un muro. Si resulta que en un centro de formación un día generamos un espacio seguro durante 1h que lleva a movilizarse al alumnado, pero luego el centro y quienes lo conforman (que son quienes van a compartir el día a día con ese alumnado y sus dificultades) no se implican y no se les dota de formación, poco o nada estamos consiguiendo.
Probablemente todes vamos a relacionarnos con personas LGTBIQA+. Desde el desconocimiento, teniendo presente que vivimos en una sociedad cisheteronormativa y patriarcal, vamos a sostener y reiterar determinadas violencias incluso partiendo de una buena intención. Y por ello, seguir visibilizando y trabajando en fechas como el día internacional contra la LGTBIQA+fobia, pero también el día a día, es completamente necesario.
Si quieres ver algunas fotografías de la actividad, puedes ver en instagram un post al respecto.
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