Hace unas semanas grabé junto al equipo de La Psicowoman un vídeo donde hablamos sobre no binarismos, paraguas trans*, violencias recibidas y responsabilidad del sistema cisheteronormativo en los malestares y dificultades asociadas a ser trans*.
El paraguas trans* hace referencia a aquellas personas cuya identidad de género no se corresponde con el género que se asignó al nacer. En nuestra sociedad occidental, se ha llegado al consenso de que sólo hay 2 géneros binarios, chico o chica, directamente relacionados con la genitalidad. Así, cuando une niñe nace, se le asigna uno de ellos en función de qué tenga entre las piernas. Y ni siquiera esto es tan sencillo. También hay niñes que nacen intersexuales, lo cual nos demuestra que ni siquiera a nivel biológico el binarismo de género se sostiene.
En la práctica este consenso social ni es tan simple ni es tan real. Ahí es cuando empezamos a hablar de las identidades trans*, que engloba (entre otras) chicos y chicas trans, género fluido, agénero, pangénero, no binarie… Y esto no es algo que «nos hayamos inventado ahora». De hecho, en la India se reconoce el 3º género de forma legal, las culturas nativo-americanas reconocían hasta 5 géneros…
Los no binarismos por tanto harían referencia a personas que no se identifican ni como hombre ni como mujer. Y eso poco o nada tiene que ver con la expresión de género o una corporalidad concreta. Habría que empezar a considerar pues que nuestra identidad se compone de la identidad de género, la expresión o performatividad de género, la orientación sexual y, aparte, la genitalidad.
Además, el el género no puede ni debe reducirse a la genitalidad, pues tal y como nos muestra la sexología (y se evidencia por ejemplo en la intersexualidad) habría que hablar del sexo a nivel hormonal, gonadal, cromosómico… De forma que, uniendo estas posibles diferencia a la orientción, identidad y expresión de género, hay tantas combinaciones posibles como personas. Pretender restringir a que solo hay chicas y chicos que deben de ser de una forma muy concreta es, cuanto menos, falaz.
El problema en todo caso es que crecemos en un sistema que impone esta creencia, ejerciendo violencia(s) de diversos tipos cuando no se cumple con este binarismo.
Sobre uso de pronombres, malestares corporales, buenas prácticas profesionales, hacerse visible(s) y más cosas hablamos en el vídeo.
Ser visibles y reconocernos es fundamental en un sistema que nos invisibiliza y expulsa hacia los márgenes. Sentir que existimos, que podemos y tenemos derecho a ser.
Muchísimas gracias al equipo de La Psicowoman por contar conmigo y dar espacio a hablar sobre los no binarismos.
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