Además de la terapia, también participo dando formación e impartiendo talleres. La semana pasada estuve en las VI Jornadas de Sexología y Género del Instituto de Sexología Al-Ándalus hablando sobre identidad marika , masculinidad disidente y acompañamiento terapéutico. Mirando solo la orientación sexual, nos perdemos cosas.
Vivimos en una sociedad cisheteronormativa, patriarcal y binaria.
Esto significa que desde pequeñes nos dicen: eres hetero (hasta que se demuestre lo contrario), eres hombre o mujer según tus genitales y lo masculino está por encima de lo femenino. Y lo que se salga de ahí, se redirige con mucha amabilidad #IroníaOn
Si hablamos de la identidad, ceñirse sólo a la orientación sexual sin visibilizar cómo interactúa con el género, y con las respuestas del entorno frente a todo eso, me parece cuanto menos complicado (por no decir incompleto).
Si nos ceñimos únicamente a la orientación sexual, es difícil entender que en 5º de primaria me llamaran “maricón”. Dudo que estuvieran señalando mi “mala costumbre” de tener relaciones sexuales con otros chicos de clase. También es difícil entender que se castigue la pluma porque “hay que ser gay sin dejar de ser hombre”… Probablemente, todo esto tiene que ver con el género y con salirse de las normas que plantea la masculinidad.
Puede que en 5º de primaria tuviera más que ver con que llevase las uñas pintadas que con mis preferencias sexuales, que por cierto, aún no tenía tan claras (la orientación y la identidad son procesos que se va fraguando con el tiempo).
Que se castigue la pluma probablemente dice más de lo que chirría socialmente cuando alguien con pene actúa de forma afeminada que de lo que haga a nivel sexo-afectivo.
Cuando nos llaman “maricas” no sólo están diciéndonos que nos acostamos con hombres (con el estigma que en nuestra sociedad lleva de la mano). Nos están diciendo no-hombres. Lo cual lleva una carga de misoginia y machismo interesante y genera un daño también a tener en cuenta. Para entender, necesitamos interseccionar género y orientación.
En el acompañamiento psicológico creo que es importante contemplar todo esto: visibilizar violencias sufridas, opresiones tanto externas como internas (que la homofobia además de externa también se interioriza y nos la acabamos creyendo; de esto habla mucho Gabriel J. Martín), cómo te relacionas con tu masculinidad, tu feminidad, tu identidad global… Y dar un apoyo seguro frente a esto, acompañando al ritmo de la persona.
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