Me llamo Migue, y soy psicólogo especializado en terapia relacional-sistémica

Completé mis estudios en Psicología y en Psicología General Sanitaria en la Universidad de Granada y posteriormente empecé a especializarme como Terapeuta Familiar Sistémico en la Escuela Caleidoscopio en Sevilla (escuela acreditada por la Federación Española de Asociaciones de Terapia Familiar, FEATF, y la Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas, FEAP). También me formé como Experto en Psicología Afirmativa en Diversidad Sexual y de Género a través del Colegio Oficial de Psicología de Madrid.

Trabajo desde el acompañamiento activo y transformador, entendiendo que en el proceso terapéutico contribuyo al descubrimiento personal de la propia historia, poniendo palabras a lo que nos sucede y generando conciencia al ritmo de la persona que acude a consulta: desde dónde parte, cómo se posiciona al relacionarse con otras personas, qué función cumplen los síntomas que presenta…

Y, en definitiva, construir recursos frente a todo eso, donde poder elegir qué quieres hacer con la mochila que cargas.

Cuando trabajo, trato de generar con la persona un espacio seguro, donde decida a qué quiere dedicar el tiempo que compartimos, ya sea de forma individualizada, en pareja o familiarmente. Algunas de las preocupaciones que más suelen aparecer en sesiones son la ansiedad, la angustia, la necesidad de apoyo y/o acompañamiento frente a crisis vitales, dinámicas familiares y/o de pareja disruptivas, el malestar asociado a los eventos de la vida diaria, dificultades con emociones que nos resultan desagradables de vivir y/o expresar.

Además, contemplo varias cosas:
  • La perspectiva de género, porque la forma en que nos posicionamos en el mundo también tiene que ver con nuestro género, con lo que han construido para nosotres y lo que nosotres queremos hacer con eso, con los privilegios y opresiones desde los que partimos, y en definitiva, con nuestra identidad.
  • La perspectiva sistémica, entendiendo que si bien cada une de nosotres es un ser íntegro, formamos parte de multitud de sistemas más amplios que nos contienen (nuestras familias de origen; la sociedad en la que hemos nacido con sus valores, libertades y limitaciones; etc.). De forma que nuestras acciones tienen consecuencias en los seres y hechos que nos rodean, y a su vez estos seres y hechos que suceden a nuestro alrededor influyen en nosotres y en nuestras acciones.
  • El reconocimiento de la vulnerabilidad. Precisamente contactando con aquello que nos hace vulnerables, y que en ocasiones compartimos con otras personas, podemos tomar decisiones. Y esta vulnerabilidad nos habla también de nuestra interdependencia, de la necesidad de apoyo/s en el camino, porque nuestras historias no se escriben en solitario si no que se nutren de multitud de personas y seres que aparecen y nos acompañan.